Día 4

Tu producto o servicio

"Es más fácil encontrar productos para clientes que clientes para productos".

Hasta ahora, ya tienes una idea lo suficientemente buena para saber qué producto o servicio ofrecer.

Tu asignatura:

Definir qué producto o servicio ofrecer.

Requisitos:

Tu hoja o libreta.

Cómo hacerlo:

Ahora ya tienes una idea de quién es tu cliente, qué insatisfacciones tiene con lo que compra ahora y qué puedes poner tú en la mesa para ganártelo.

Puede que el producto que consume no resuelve por completo su deseo.

Puede que no hay la suficiente variedad para elegir acabados de una casa.

Puede que el cliente compra un servicio sin entenderlo de fondo, pudiéndose ahorrar dinero.

Etcétera.

¿Qué puedes hacer tú para realmente dar o conectar a tu nicho azul con su solución ideal?

A veces no es posible resolver un problema al 100%.

Por ejemplo, pretender curar la diabetes.

Pero sí puedes ofrecer una solución al 10%, 25%, 50% o más para acercar a tu cliente a la solución óptima que bien, no puede ser satisfecha físicamente al 100%, o bien, no por ti.

Por ejemplo, el libro Padre Rico, Padre Pobre de Robert Kiyosaki, no te hará rico por sí mismo, pero sí te orienta al camino correcto, digamos que es el 25% de la solución.

Por otra parte, tu producto o servicio sí puede satisfacer directamente un deseo o problema de tu cliente.

Por ejemplo, encargarte de un trámite complicado de inicio a fin, vender e instalar un sistema de ventilación para oficinas o la venta y mantenimiento de un auto clásico de tu lote.

En algunas situaciones, puedes salirte con la tuya sin siquiera vender tu propio producto o servicio, sino revendiendo el de alguien más, como sucede con el famoso modelo drop-shipping importando de China.

Las dos opciones para vender productos y servicios que no son tuyos son, hacerte de productos de etiqueta blanca o subcontratar.

La etiqueta blanca es en esencia vender un producto haciéndolo pasar por tuyo o por un distribuidor oficial, mientras que en realidad alguien más lo hace y posiblemente incluso lo envía.

Subcontratar es común en servicios. Quizás tú puedas hacer una excelente campaña publicitaria, y subcontratas a diseñadores web para hacer los sitios web y gestores comunitarios para gestionar las redes sociales donde se hará la campaña, enfocándote en lo tuyo.

La propia naturaleza del producto o servicio es variada y no necesariamente costosa de realizar.

Puedes empezar incluso ofreciendo productos y servicios de otros, especialmente productos y servicios de alto margen.

Así que aterriza qué producto o servicio puedes ofrecer y conoce también lo que ofrece tu competencia, quizás incluso puedas tenerlos de clientes si eres astuto.

Finalmente si en el día 2 elegiste marketing y publicidad como tu eje de ventaja, y pretendes hacer contenidos, digamos ser un influenciador, entonces tienes que ver tus propios contenidos como un producto o servicio de entretenimiento, dirigido a cierta audiencia, como cualquier otro producto, solo que necesitas de patrocinadores, así que necesitas encontrar algunos buenos candidatos, especialmente unos en una situación similar a la tuya con quienes puedas tener flexibilidad al negociar.

Prueba de sentido común

Una vez tengas una idea clara, haz una prueba de sentido común.

Simplemente responde estas preguntas:

  • ¿Qué producto es?
  • ¿Para quién es?
  • ¿Dónde puedes ofrecerlo?
  • ¿Cuándo es buen momento para ofrecerlo?
  • ¿Por qué el producto o servicio es bueno para el cliente?

Las preguntas en negritas son las que ya deberías poder responder con facilidad.

Retomaremos estas preguntas en la lección de mañana.

Notas finales

Si no te has suscrito al reto, hazlo ya, es gratis.

Únete al grupo de apoyo en Facebook.

Vuelve a la página principal del reto.