En el ambiente de emprendimiento, se popularizó el “producto mínimo viable”, pero luego de más de una década de ser probado, ha sido promovido más como un mantra que como una buena práctica.
Veamos qué funciona mejor.
Desde que fue popularizado por Eric Ries en 2011 con el libro The Lean Startup (el acrónimo fue creado antes), el concepto “MPV” o producto mínimo viable se convirtió en dogma entre los emprendedores tecnológicos.
El principio es sencillo, Eric menciona que se trata de crear un producto mínimo, aunque funcional, lanzándolo rápido mientras se analiza retroalimentación de clientes y luego usando esta información para refinar el producto para una siguiente versión.
Eric enfatiza que el MVP no significa lanzar un producto a medias o mal diseñado, sino en enfocarse en lo que “de verdad importa”, entregando la funcionalidad base que resuelve los problemas de los clientes, mientras se minimizan características no necesarias y evitando complejidades.
El problema con esto, como muchas ideas que vienen desde la academia, es que en papel parecen perfectas, pero en la práctica resulta ser diferente.
En la práctica:
- Los clientes detestan los productos mínimos que se sienten incompletos, esto nos lleva a que,
- Los productos tienden a ser más mínimos que viables,
- Si bien las entrevistas a clientes potenciales son buenas, el uso real es lo que tiene la última palabra. Henry Ford lo dijo hace más de un siglo, “si le preguntara a la gente, me pedirían caballos más rápidos.”
- La línea entre mínimo y viable no suele ser clara, y debido a esto,
- No siempre lo elegido para ser lo mínimo es lo suficientemente vendible para justificar implementar lo restante, especialmente para empresas que están limitadas en recursos (lo cuál es lo común en Latinoamérica).
Así que podemos redefinir el MVP de una forma más basada en la práctica.
El producto PSC
Se trata de que te bases en una propuesta de negocios que sea atractiva en sí misma.
La Propuesta
Amazon lo hace con su famoso “Amazon memo” que voltea el proceso de cabeza. Empezamos vendiendo el producto como si estuviera finalizado.
Para lograrlo, elaboran una propuesta de producto con un memo que incluye la siguiente información:
- El nombre del producto.
- El cliente objetivo.
- El problema que el producto resuelve.
- Los beneficios al cliente.
- Una cita de alguien en tu negocio explicando de forma inspiracional por qué hiciste el producto y qué esperas que haga por el cliente.
- Una llamada a la acción diciendo al cliente cómo obtener o acceder al producto al momento.
- Opcional: Una sección de preguntas frecuentes resolviendo dudas comunes, o lo que llaman “preguntas tácticas” sobre cómo está elaborado el producto.
Si bien, el memo promedio en Amazon está reportado es de seis páginas en promedio, el “memo Amazon” para lanzamiento de productos es notoriamente más corto, de una a dos páginas a lo mucho, considerando que entre más largo, más confusa suele ser la propuesta. Así que entre más corto, mejor.
Elaborando más estos puntos al estilo Empresa En Crecimiento, puedo sumar esto para que tu memo tenga el impacto que buscas:
- El problema debe ser algo incómodo y molesto para el cliente objetivo. Debe ser algo que valga la pena pagar para resolverlo.
- Los beneficios traducen las características físicas o propias del producto en resultados atractivos y ventajas sobre ofertas rivales.
- Las preguntas frecuentes suelen funcionar mejor cuando atienden objeciones sobre precio, sobre quién se beneficia usando el producto, por qué ahora, por qué tú y objeciones sobre el modelo de negocios (pago único o recurrente), acceso a financiamientos y cualquier otra pregunta que genere fricción de compra, uso o provoque una devolución (como a veces ocurre al no saber usar intuitivamente el producto).
La propuesta que aquí te presento es casi equivalente a lo que otros expertos llaman como “un producto para amar” en vez de “producto viable”, justificando que el producto debe ser algo que mentalmente haga decir al usuario, “me encanta”. Mi problema con este enfoque es que puede ser igual de ambiguo que al decir viable. Sin embargo, en algunos casos puede ser claro, como pasó con Canva que permite a cualquier persona que no sabe editar imágenes como portadas de artículos, crear imágenes de calidad profesional con facilidad, sin importar tu nivel de experiencia. Es fácil “amar” un producto así cuando necesitas ese servicio y no quieres tomar un curso de edición de imágenes y edición vectorial.
Ser simple
Siguiendo con PSC, ya vimos propuesta, ahora sigue el enfoque en que el producto sea simple en vez de mínimo.
Lo simple no es necesariamente fácil, pero con lo obtenido de tu propuesta, debe estar claro lo que tu producto debe de lograr.
Ya hiciste una promesa, ahora cúmplela construyendo el producto necesario para cumplirla.
Ve el problema que viste antes como una enfermedad y tu producto como una medicina. Dadas las características que definiste para tu producto, ¿se cura al 100% la enfermedad? ¿Al 50%? ¿Se controla la enfermedad o desaparece?
Es importante tener claro esto. Por ejemplo, el cáncer es incurable, pero eso no impide que existan libros que traten el tema (una solución del 10% si quieres verlo así que acerca al lector a una posible solución final).
O como Google Docs, que ofrece un producto que rivaliza al afamado Microsoft Office, pero que se ha centrado en las características más esenciales.
La discusión de “amor” es interesante. Tanto el diseño como la promesa misma puede generar la afección, pero también lo puede hacer la cultura o ambiente de trabajo. Por ejemplo, plataformas empresariales que hacen un blog compartiendo muchos consejos de no solo cómo usar mejor el producto, sino cómo mejorar resultados gracias a un uso efectivo de él.
Completo
Así es, mientras que tu producto es simple, debe quedar claro que igualmente debe ser completo.
En vez de elegir lo “mínimo viable”, divide tu proyecto en etapas usables que cumpla una a una las características que mencionas en tu memo. Si quieres, ve publicando parcialmente tu producto como un “beta” privado para obtener retroalimentación y mejorar estas secciones, mientras sigues publicando las siguientes características que hagan a tu producto algo completo.
Esto de publicar tu producto por etapas como un “beta” privado es una solución atractiva. Algunos emprendedores crean grupos de Discord donde se abre la conversación, pero esto requiere que tus usuarios sean activos en este tipo de plataformas. Si no lo son, suma un formulario en el propio producto, envía un email preguntando, abre un chat en alguna app de mensajería o levanta el teléfono. Puedes crear un grupo en Telegram o Facebook que también hace doble de soporte. Esas preguntas de soporte son indicaciones de que quizás falta claridad en cómo se usa el producto, o simplemente te da más luz del problema real que no estás atendiendo de la forma más adecuada a como creías en tu plan original.
Hacer un “beta” no es opción para todos. Si no lo es para ti, no queda más que hacer un prototipo funcional, como cualquier producto de ingeniería y si sirve, invertir en hacer el producto real. La única forma de ahorrar aquí es crear una versión “económica” y luego una versión más completa, como pasa con cualquier producto de ingeniería, desde un automóvil hasta un dron.
Por pequeño que sea, debe ser completo. Es hacer un patín del diablo motorizado antes de hacer una motocicleta.
Tus planes en pequeño deben ser ambiciosos
Si estás empezando haz un producto simple, pero ambicioso.
Del trabajo duro no se escapa uno.
El modelo MVP no está mal, pero o las palabras fueron elegidas mal o fue ideado más en un salón de clases que en la calle, y no se adapta por completo a la realidad. Este problema se incrementa cuando otras personas empiezan a opinar sobre cómo debería de ser un MVP en su opinión, y puede resultar confuso cuando vemos varias interpretaciones.
El modelo que te propuse aquí toma inspiración de él, pero igual toma otro matiz más aterrizado.
La realidad del MVP es que no es sencillo de determinar a una variedad de productos, donde en algunos será necesario implementar la mayoría de características para que sea visto realmente como un producto. Es como lanzar un Excel que solo sepa hacer aritmética como un MVP, será lo suficientemente ambicioso para un proyecto inicial pero para el cliente no será muy útil. Así que será mejor hacer un producto simple, quizás orientado a campo, como un Excel que sepa finanzas y presentación de información que los financieros suelen necesitar.
El enfoque propuesto pone más enfasis en lo que el cliente busca y lo que sería emocionante para usar.